El proceso hacia la “despapelización” arrancó en agosto de 2018, cuando los comerciantes tuvieron que optar entre emitir facturas electrónicas o seguir trabajando con controladores fiscales.
Una realidad es que los comercios que se encuentran en lugares donde no hay buena conectividad de internet podrán seguir trabajando con los viejos controladores, pero deberán enviar toda la información de facturación a la AFIP una vez por semana.
En cambio, los que ya trabajan con factura electrónica podrán prescindir del controlador fiscal y enviarle la factura al cliente y a la AFIP desde una PC, una Tablet o incluso desde un celular.
En cuanto a los comerciantes mayoristas, tuvieron tiempo hasta marzo de 2019 para adecuarse a la nueva regla, mientras que para los minoristas, hay una extensión del plazo hasta el 31 de enero de 2021.
A partir de ese día, se darán de baja los tradicionales controladores fiscales y todos los comercios minoristas deberán emitir factura electrónica.
Nuevos controladores
El nuevo controlador fiscal, se conoce como R-HAS-6100-FAR, y presenta varias funciones: duplicado electrónico, descarga semanal de informes para presentar al fisco, múltiples funciones en una misma tecla, soporte para conexión de escáner y balanza, por ejemplo.
Los nuevos equipos buscan ofrecer mayor capacidad en sus bases de datos internas para almacenar productos a la venta; manejo de hasta 10 listas de precios, y reimpresión de comprobantes, entre otras funciones.
El punto es que la AFIP tiene como objetivo avanzar en el control online, a fin de que los evasores tengan menos lugar para esconderse, y así mejorar los controles sobre la recaudación. Desde el organismo anunciaron que los únicos que podrán seguir emitiendo facturas en papel serán los monotributistas sociales.
La idea es ir avanzando hacia un nuevo régimen informativo que va a despapelizar todo el comercio minorista y, lo novedoso, es que se extiende el uso de la factura electrónica hasta el consumidor final. Por lo que, en todos los lugares donde haya conectividad con Internet, la facturación será online.
Así es como funcionan las administraciones más avanzadas en el mundo, lo cual además, permite ir a un libro de vida digital, y cada contribuyente podrá ver por un medio digital todas sus facturas de compra y de venta.
La conectividad como clave
La factura electrónica nace con el objetivo de informar en el mismo momento en que se está realizando la operación.
De esta forma, uno hace una factura y automáticamente queda el registro en la AFIP. Además, todo quedaría almacenado en una especie de “nube”.
Otra de las características y virtudes de esta nueva modalidad de facturación, es solucionar el problema de las facturas apócrifas, es decir, con la electrónica no se pueden hacer facturas “para atrás”, ni “para adelante” en el tiempo. Queda el registro del día exacto en el que se está facturando y desde el lugar donde se hace. De esta forma, se evitará la falsificación y se tendrá un mayor control.
Los nuevos controladores deberán tener una tecnología actualizada, de manera tal que permita a la AFIP hacer un seguimiento online de las transacciones. El ticket o factura digital se enviará vía mail, aunque se va a poder pedir el ticket papel.
Como conclusión, al estar todo más controlado, no se da el margen necesario para a hacer maniobras raras, por eso es que la factura en papel ya tomó fecha de vencimiento, y ya está transitando su último tramo.
