El ciclo de vida de un negocio

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Si bien emprender no es tarea fácil, sabemos que cada vez este desafío suma más adeptos. Por eso, desde Contagram queremos alentarte a tomar las riendas de tus ideas y llevarlas a la práctica.

En este caso, te ofrecemos una guía del ciclo de vida de un negocio, para ordenar tu emprendimiento y dirigir tus acciones de acuerdo a la etapa que estés transitando como empresario.

Cuando nos referimos al ciclo de vida de un negocio, podemos decir que hay cuatro momentos clave, que enumeraremos a continuación:

1. Formación

Este es el momento de mayor euforia y alta productividad mental. Es donde una idea comienza a tomar forma y las proyecciones son de lo más alentadoras.

Pero también es un momento que requiere su tiempo, y de un plan de acción para que el proyecto comience a tomar forma. Es necesario delinear un modelo previo, hacer un trabajo de campo y plantear estrategias.

La clave está en no apresurarse, pero sí avanzar a paso firme para que pueda materializarse.

2. Crecimiento

El objetivo es hacer que el negocio sobreviva. Para lograrlo es básico contar con un flujo de efectivo controlado y constante; por lo que es necesario comenzar a tener ventas rápidamente, pero también cobrar lo antes posible.

Esta es la etapa en la que más trabajo suele acumularse, ya que hay que conocer a proveedores, probar, establecer procesos de trabajo y rutinas, cauces de comunicación, y demás cuestiones que surjan sobre la marcha; por eso, y para relajar presiones, es primordial confiar en un sistema de gestión donde volcar todos estos asuntos operativos.

3. Progresión

Este es el momento bisagra. Si el resultado no fue el esperado hay que hacer los ajustes necesarios o redefiniciones que permitan superar este tramo; y si los resultados son los esperados, es momento de definir cómo seguir creciendo sin entorpecer el cauce del negocio.

4. Permanencia

Con unos cimientos ya firmes, se puede empezar a pensar en el progreso; como mejorar la calidad del producto o servicio, las instalaciones, crear nuevos puestos para descentralizar la toma de decisiones, profesionalizar más algunos departamentos o la dirección de la empresa, contar con asesores externos, entre tantas otras alternativas.

Como suele decirse, es más difícil mantenerse que llegar, por lo cual hay que poner todos los esfuerzos para transcurrir, y ayornarse para mantenerse vigente con el paso de los años.

Más para tener en cuenta

Volver a las preguntas originarias una y otra vez: por qué y para qué, hacen de los emprendimientos grandes negocios que pueden contar sus propias historias a través del tiempo.

En cualquier caso, hay que mantenerse aferrado a la idea inicial, pero no por eso quedarse pegado, y hacerse impermeable a los cambios. Hay que saber llevar el timón, frenar cuando sea necesario para repensar ideas, y siempre ir por el valor agregado, despegarse de la competencia, y hacer crecer el negocio a paso firme y siempre con la vista puesta en el objetivo.

Nunca hay que desestimar una idea que esté empapada de pasión, porque la pasión es la que mueve montañas, y la única capaz de llevar adelante cualquier proyecto.

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