La libertad financiera puede traducirse como la cantidad de meses en que se puede vivir, sin reducir el nivel de gasto, habiendo perdido la fuente de trabajo, o sin contar con ingresos periódicamente.
Es decir, es el colchón de seguridad en caso de perder el empleo, o en caso de haber optado por emprender una nueva aventura profesional por ejemplo.
Por supuesto que el grosor de este colchón, es decir, la libertad financiera que cada uno necesita es diferente, ya que depende de cuánto está acostumbrado a gastar para mantener su nivel de vida.
Cómo calcular la libertad financiera
Averiguar tu propia libertad financiera es sencillo, ya que podés hacerlo en tres simples pasos que no te llevarán mucho tiempo.
- Primer paso: saber con cuánto dinero contás. Para ello, sumá sólo lo que puedas traducir en dinero rápidamente, y tené en cuenta sólo tus bienes, no los de tu pareja o el que te puedan dejar tus padres.
- Segundo paso: calcular tus gastos mensuales. Esto es lo que más tiempo te llevará si querés dar con una cifra muy exacta. En este apartado tenés que sumar los gastos fijos y variables.
- Tercer paso: ahora sí, calculá tu libertad financiera. Para averiguar cuál es el estado real de tus finanzas personales sólo tenés que dividir la primera cifra con la segunda, lo que te dará el número de meses que aguantarías a flote sin trabajar.
O sea que teniendo en cuenta el monto total de tu dinero disponible, y los gastos totales mensuales a los que acostumbrás, podrás dar con el tiempo exacto a vivir sólo de tus reservas.
La importancia de la libertad financiera
La libertad financiera es muy importante porque está relacionada a aspectos positivos derivados de la confianza de tener una seguridad económica pase lo que pase.
Se pueden diferenciar básicamente tres aspectos en los que la mejora es gradual e irreversible, acompañada de un síntoma de enorme liberación emocional:
- Éxito profesional
Existe una relación directa entre el nivel de libertad financiera y el rendimiento laboral. El motivo es que como se tiene una red de seguridad, automáticamente se pierde el miedo al fracaso y el temor a quedarse sin trabajo. Esta situación hace aflorar la creatividad e iniciativa. Sin ese miedo a perder, se es capaz de afrontar las situaciones laborales de manera eficaz, sin temor al qué dirán, y apostando a cambios impulsados por la iniciativa y la confianza propias. - Apostar al cambio
Siguiendo con el ejemplo anterior, no tenés por qué soportar un jefe que no te gusta, o estar en un puesto que no te llena.
El contar con ese colchón de seguridad, se traduce también en la pérdida del miedo a tomar decisiones como cambiar de trabajo, o cumplir el sueño de la propia empresa. - Abrir paso a la felicidad
Y es que con libertad financiera se es más feliz, ya que la consecuencia inmediata es el cambio de perspectiva sobre todos los aspectos de la visa.
La seguridad que porta es la clase para para ver oportunidades donde antes sólo había trabas.
En conclusión
La gracia de conseguir la libertad financiera no es dejar de trabajar, es más bien poder pensar en el trabajo como algo que podés elegir según tus prioridades y según las ganas que tengas en cada momento.
Es pasar de vivir para trabajar y ganar dinero, a vivir disfrutando del trabajo. Es que si realmente lográs la libertad financiera, podrás elegir trabajar cuando quieras, donde quieras y en lo que quieras en vez de dedicar tu tiempo a cosas que no te motiven lo suficiente.
