6 consejos para potenciar la gestión de tu Pyme

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La pequeña y mediana empresa (Pyme) es un eslabón fundamental en la estructura empresarial de nuestro país. Su desarrollo contribuye a diversificar las fuentes de producción y de empleo, favoreciendo la creación de puestos de trabajo. En la actualidad, llevar adelante una Pyme no es nada sencillo, sobre todo teniendo en cuenta la coyuntura, caracterizada por una gran competitividad, precios bajos y una demanda interna fluctuante.
Enfrentarse a este panorama implica un gran desafío, cada empresa debe poner a prueba todos los días su estrategia para posicionarse en el mercado airosamente.

gestión de tu Pyme

Aspectos fundamentales de la gestión

Si estás al mando de una Pyme sabrás con precisión que el negocio nunca se detiene, y que a medida que crece, las decisiones se vuelven más complejas. No solo se debe aprender a equilibrar el tiempo y los recursos, sino que también es necesario disponer de información confiable.

La fiabilidad de los datos es clave a la hora de acertar en la toma de decisiones. Sin embargo, no es el único factor que incide. Antes de tomar cualquier decisión, es importante consultar más opiniones. Para ello, debes rodearte de personas capaces de aportar consejos constructivos, que comprendan la importancia del trabajo en equipo por sobre el interés individual. Es fundamental que los objetivos de todos los integrantes estén alineados.

¿Cómo fortalecer la gestión de tu Pyme?

Lo cierto es que son muchos los factores que influyen a la hora de potenciar la gestión, por eso compartimos 6 consejos que te ayudarán en el proceso:

  1. Establecer metas claras: la definición de objetivos a corto y mediano plazo es una parte esencial del éxito empresarial, por lo que debe ser una prioridad. Establecer metas claras permite trabajar ordenadamente y ver con claridad en la vorágine del día a día.
  2.  Seguir en detalle el proceso de ventas: esto significa que debes mantenerte al día sobre la información contable, para lo cual es muy conveniente que consideres implementar un software de gestión. Entre la consulta de un posible cliente hasta la primera factura cobrada hay una gran cantidad de información por descubrir. Con un sistema de gestión podes seguir todos los pasos detalladamente.
  3.  Observar las tendencias: los acontecimientos y los cambios que se den en el mercado tendrán un efecto en tu negocio. Mantenerte actualizado sobre las tendencias te permitirá no solo prevenir posibles eventualidades, sino también estar a la vanguardia.
  4. Personalizar la relación con los clientes: si el vínculo con los clientes no está bien dirigido, puede convertirse en un problema. Conocer los requisitos de los clientes y tener sus datos archivados de forma ordenada permitirá que crees una relación personal con ellos. Para esto –y retomando el segundo punto-, es de mucha utilidad implementar un sistema de gestión. Con un simple clic se puede acceder a todos los datos siempre que lo necesites. No solo se ahorra tiempo, al final, un cliente elige quedarse donde se siente a gusto, tanto con el producto o servicio, como con la atención recibida.
  5.  Generar estadísticas: las estadísticas muestran una perspectiva general de lo que ocurre con tu empresa. Brindan detalles que pueden marcar la diferencia entre una venta que se concreta y una que no. Google ofrece herramientas con las que se puede conocer, por ejemplo, dónde se sitúan geográficamente la mayoría de tus posibles clientes y a través de qué canales llegan a tu sitio web. Llevar un registro de las conversiones te permitirá evaluar el rendimiento de tu sistema de ventas y, por ende, optimizarlo.
  6. Aprender de los aciertos y de los errores: analizar los datos es fundamental para potenciar el crecimiento de una Pyme. Conociendo la información y obteniendo datos precisos se pueden identificar posibles obstáculos y evitarlos a tiempo. Sin embargo, nadie está exento de caer en las equivocaciones, por más medidas preventivas que tome. Por eso también es importante hacer un análisis de las ventajas o beneficios que nos trajo cometer ciertos errores, y determinar cómo prepararnos para no volver a cometerlos.

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